Resulta que estoy en temporada de devora libros y, últimamente, la temática literaria que me entretiene es la erótica, esa en la que se folla. No confundirse con novela romántica para menopausicas escritas por Bárbara Wood o Danielle Steel, las que venden en coleccionables. Tuve una época en la que me dió por las reflexiones metafísicas del ser y, qué quieres que te diga, estaba bien, sin embargo esta época la estoy disfrutando de una forma más, cómo decirlo, intensa y primaria.
Preguntando aquí y allá buscando recomendaciones, me topé con varias obras en las que perderme febrilmente. Hasta aquí todo perfecto. Una lista de libros, y algún que otro blog, encabezada, con muchos "me gusta", por la trilogía Cincuenta sombras... de E. L. James. Pues como está de moda y una es más chula que un ocho, decido comenzar mi lista por el gran Marqués de Sade y su Justine. Este libro, a parte de sus momentos de sexo muy duro, extraordinariamente narrados sin entrar en la ordinariez y llamando a las cosas por su nombre, me sorprendió con ciertas reflexiones sobre el individuo, la religión, el bien o el mal expresadas de forma muy actual para estar escritas en una época, finales del s. XVII, en la que la religión católica y sus preceptos lo controlaban y censuraban todo. Creo que ésto fue lo que más me sedujo de Sade. Si ya se sabe, no hay nada más erótico que una buena conversación.
Tras el alto nivel que dejó Sade y la turra que me dieron mis niñas monitoras tras la fiesta de cumple de la Pichona, hice de tripas corazón, no sin cierta curiosidad por averiguar la clave de su éxito, y ataqué a las Cincuenta sombras... El primer libro es una laaaaaaarrrga introducción de la historia, el segundo libro, sin que sirva de precedente, consiguió mantenerme pegada al e-book hasta la última página gracias a la intriga por desvelar "las sombras" (Mea culpa, momento cotilla) y el tercero.... el tercero nunca, pero nunca nunca, debería haberse escrito. Es más, solo leí las 100 primeras páginas y entré en shock hiperglucémico. Vaya pastelazo!!!
Pero vamos a ver!!!! Quién en su sano juicio se va a creer que un chulazo, podrido en pasta y con desórdenes psicológicos que expresa a través de la violencia en el sexo se pueda "enamorar" de una tía más sosa que el agua de fregar, virgen a los 22 y que tiene que pedir ayuda a su mejor amiga para no parecer boba delante de tal espécimen masculino¿? No se te ocurre ninguna respuesta¿? Pues ya te lo digo yo, DISNEY!!!!. Disney tiene toooooda la culpa. Cincuenta sombras... es el cuento de La bella y la bestia con la diferencia de que Bella folla. Reflexiona sobre ello y me darás la razón.
Tras esta argumentación, generalmente, me responden: "Pero si un tío te hace eso a tí, qué harías¿? "A lo que respondo: " Es que tú nunca has hecho nada de eso¿?"
No sé si padezco algún trastorno psicologíco relacionado con el sexo o es que el resto de las tías del mundo son una panda de remilgadas y no aceptan que follar, y si es de forma imaginativa más todavía, mola. Por otro lado, empieza a preocuparme el hecho de que las escenas de Sade me encendieran más que el mejor de los polvos de Grey. Será porque el masoquismo me pone¿? Habrá que descubrirlo. Por lo pronto acabo de empezar American psycho de B. E. Ellis, ya os contaré.
American Psycho es una locura de novela, conforme vayas avanzando te darás cuenta de lo oscuro que es el ser humano.
ResponderEliminarGrey, un amigo más. Sade siempre es muy buena elección. Nada más erótico que una buena conversación, sí señora.
Del falso princesismo en la sociedad de lxs sextuiterxs y del golferío general de Internet se está hablando poco, no digo más. Y de lo difícil que es encontrar a un buen amante, mucho lirili y luego, pues claro, MAL.
Y besos, siempre besos :*
jajajajaja de los creadores de La cenicienta.....ahora....en tiendas y formato papel....50 sombras liberadas!!!!
ResponderEliminarCómo me he reído!!!!