lunes, 25 de julio de 2016

#CapitalRural

Hoy necesitaba salir de casa, no pensar, no estar recluida entre cuatro paredes a oscuras a pesar del aviso amarillo por altar temperaturas. Estoy en una época un tanto ñaahh y necesito soledad o encontrarme o perderme o todo a la vez... Mira, no sé!!!

Ya llevo como 4 meses en #CapitalRural, se me acaba el tiempo, y tenía un paseo pendiente por la parte antigua. Un paseo en clama, sosegado, sola y en soledad. Es un poco difícil estar sola paseando por un Casco Histórico declara Patrimonio de la Humanidad por la Unesco en 1986 (si no me patina la neurona), pero todo es posible si se sabe por dónde. Así que, me he agarrao a la cámara, cosa que no hacía desde hace mucho, y he vuelto a disfrutar del placer de la fotografía en soledad, en  mi soledad y a mi encuentro.

He callejeado y he ido con el objetivo de descubrir cosas y lugares por los que caminar, observar, ver, mirar, enfocar, inmortalizar,... Me he perdido por callejones hasta tal punto que no sabría decir dónde están algunos de ellos.



























En alguno, simplemente, te podías dejar estar.



También me he fijado en detalles. Unos ya vistos pero otros nuevos descubrimientos a medida que me perdía.



























Y he robado momentos...
(NOTA: No conozco a la pareja, no les he pedío posar, no estaban posando para una foto propia, ... simplemente he robado el momento. El problema es mi mierdacacapatata de cámara que si le das mucho zoom hace la foto borrosa y si me acercaba a ellos se iban a dar cuenta. De todas formas y, viéndola con calma, me parece una foto bonita. Borrosa y todo pero bonita)


Aunque también he encontrado cosas que, por desgracia, no se pueden captar con la cámara. Los olores impregnaban cada callejón y cada esquina. El olor a guiso, a dulces o a fritanga, dependiendo de la zona, pero el que asocio con la parte antigua es el olor a higuera. Ese olor penetrante y dulzón que te guía hasta encontrarte con ella. El olor a barniz de un palacio en restauración. Y los sonidos... Escuchar el silencio, el revoloteo de una paloma asustada cambiando de mechinal, el ruido de pasos o de tus propios pasos.

Ha sido como una catársis. Creo que me he encontrado. He vuelto a casa tranquila y sosegada. Necesitaba ese momento mío, para mí y de nadie más. Bueno, creo que también he encontrado mi lugar en esta ciudad.


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