Hoy tenía pensado escribir otro tipo de post pero la decisión de poner de fondo un recopilatorio de Amy Winwhouse me ha hecho cambiar de idea . Aún no se muy bien por qué me he decidido por ella ya que nunca antes me había llamado la atención, supongo que sigo buscando un tipo de música que vaya con la Lola que soy ahora.
Lo primero que ha sonado por los altavoces ha sido el tema "Back to black", normal, es la canción que más se conoce de ella. A este tema nunca lo presté atención en su momento, pero hoy me ha puesto los pelos de punta. Aunque hay partes de la canción que no he entendido (mi inglés no es pa tirar cohetes) solo con la forma de cantar puedes sentir la situación de dolor que describe. No ha hecho falta más, ha sido acabar la canción y buscar más información de ella.
No tardando mucho he encontrado un par de documentales, el primero sobre su evolución como artista y el segundo hablaba un poco más sobre su vida privada. Me han parecido visiones parciales y un tanto interesadas, dependiendo de lo que cada documental buscaba, sobre lo que fue Amy. Tras los documentales ha llegado el turno del directo a ver si era verdad que fue tan buena.
Sin palabras. Pedazo de voz y menuda presencia en el escenario. Era un directo en Londres del 2007 y estaba rara, como borracha o puesta o las dos cosas. Supongo que por esa época empezaron sus problemas más serios con todo tipo de drogas, aún así, ya quisieran muchos hacer la actuación que ella hizo.
Fue una chica con mucho talento y una gran personalidad. Sabía perfectamente lo que quería y cómo lo quería además de ser consciente de su gran voz y su talento para componer, o para transformar sus sentimientos en letras de canciones. Me pregunto por qué no siguió componiendo como terapia, como forma de sacar toda la mierda fuera.
Todos apuntan a que su relación con el que fuera su marido la llevó por el mal camino de las drogas duras. Sea como fuere, también es cierto que su padre, que tenía una gran influencia sobre ella y al que estaba muy unida, pudo convencerla para que cambiase sus hábitos. A él seguro que lo escucharía. No fue así y esa londinense menuda pero voluptuosa, judía y blanca con vozarrón de negra que empezaba a definir un estilo musical propio y sus personalísimas características estéticas entre sexy, pin-up y vintage (o todo junto) comenzó a caer, caer, caer, caer, caer, caer, caer hasta que se hundió. En el fondo, pienso que se sentía sola y lo único que anhelaba era sentirse querida tal y como ella era sin que la pidieran explicaciones, ni disciplinas, ni reproches, simplemente ser aceptada como era.
Murió con 27 años, 27!!!! Los mismos que yo tengo ahora. Ante esto solo puedo pensar que vida más corta y cuanto dolor soportado.
Dicen que si eres recordado serás inmortal. Amy lo es. Ha sido una de las personalidades recientes que han influido, de una u otra forma, en toda una generación; la comparan con lo que fue Cobain para los '90. A unos nos ha descubierto el jazz, el soul o el R&B como algo cercano y no una música de un tiempo lejano de hace más o menos un siglo atrás. A otros les ha descubierto una estética olvidada o, simplemente, un recordatorio de que lo real y auténtico es ser uno mismo y vivir acorde a ello.
Por todo ello y por tu música: Gracias Amy.
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